Somos un grupo que tratamos de imitar a las madres de un pueblito Italiano, llamado Lu Monferrato, quienes se unieron en oración para cumplir con el mandato evangélico “pedid al dueño de la mies que envíe operarios a su mies” (Lc. 10 1-12) y rezando juntas atrajeron inmensas bendiciones del Señor, dando a su pueblo 323 vocaciones religiosas. Nuestra idea es que ya que no  nos podemos   juntar   físicamente,  todas  las  madres unidas espiritualmente al IVE rezáramos unidas algunos días de cada mes pidiendo por la santidad y perseverancia   de   los religiosos y   también   por   muchas, santas  y perseverantes vocaciones para nuestra querida Congregación y así poder llevar la fe a todas las regiones del mundo donde hacen falta misioneros para enseñar a amar a Nuestro Señor Jesucristo.

Para eso ideamos esta manera de reunirnos ante Cristo Eucaristía, que se llama “40 horas”, era una devoción que se hacía antiguamente en la Iglesia (recordando las 40 horas que Jesús estuvo sepultado). Nuestra propuesta es que durante 40 horas, una vez por mes nos reunamos, cada una en su país y desde su casa, parroquia o donde nos encontremos, y ofreciendo una hora de su tiempo, sea en adoración eucarística, sea en su casa (la que no pueda salir), sea una hora de trabajo (la que no pueda ofrecer  una hora de oración), pero  que  todas  nos unamos  pidiendo  al Dueño de la mies, que mande trabajadores para extender su reino y por la santidad y perseverancia de todos los religiosos, para eso les mandamos el link donde se podrán anotar en las próximas “40 horas”: 

WWW.MADRES.IVEARGENTINA.ORG

HISTORIA DE LAS 40 HORAS EN LU

Las 40 horas nacieron por el ejemplo de estas madres, ellas son nuestras capellanas. 

En la zona norte de Italia, a unos 90 kilómetros al este de Turín, enclavada en una región francamente rural, se encuentra un pueblo llamado Lu Monferrato. La localidad está conformada por unos cuantos miles de habitantes. Para el mundo entero este lugar no pasa de ser un pintoresco pueblo italiano; sin embargo, en él ha acontecido «algo grande».

“A partir de 1881 en Lu se desencadenó una discreta acción promovida por  las madres  de familia. Como en muchas regiones del planeta, habitadas por buenas mujeres cristianas, las señoras de esta comunidad mantenían en su corazón un hondo anhelo: querían ver a algunos de sus hijos ordenados sacerdotes o a unas de sus hijas comprometerse totalmente al servicio del Señor.

Con ese deseo en el interior se dirigían, al principio cada una por separado, a la iglesia  del lugar para comunicarse con el Señor y manifestarle el anhelo que alimentaban. Pronto, este hondo deseo pasó del corazón a la palabra. Se hicieron confidencias y, al poco tiempo, descubrieron con alegría que era grande el número de madres que coincidían en esa esperanza. Así, bajo la dirección del cura párroco del lugar, el padre Alessandro Canora, las señoras comenzaron a reunirse todos los martes para la adoración del Santísimo Sacramento y para seguir rezando por  las vocaciones. Todos LOS PRIMEROS DOMINGOS DE MES recibían la COMUNIÓN con esta INTENCIÓN Después de la Misa las MADRES REZABAN JUNTAS para pedir vocaciones sacerdotales.

Gracias a la oración plena de confianza de estas madres y a la apertura de corazón de los respectivos padres, las familias vivían en un clima de paz, serenidad y devoción alegre, virtudes que permitieron a sus hijos discernir con mayor facilidad el llamado del Señor.

Cuando el Señor dijo: «Muchos son llamados, pero pocos son elegidos» (Mt 22,14) hay que comprenderlo de este modo: muchos serán llamados, pero poco responderán. Nadie hubiera pensado que el Señor hubiera atendido tan abundantemente la oración de estas madres.

De este pequeño pueblo surgieron 323 vocaciones a la vida consagrada (¡trescientos veintitrés!): 152 presbíteros (y religiosos) y 171 religiosas miembros de 41congregaciones. En algunas familias había hasta tres o cuatro vocaciones. El ejemplo más conocido es la familia Rinaldi. El Señor llamó a SIETE HIJOS DE ESTA FAMILIA!!! Dos hijas se consagraron como religiosas salesianas y, enviadas a Santo Domingo, fueron valientes pioneras y misioneras. Entre los varones, cinco fueron sacerdotes salesianos.

El más conocido de los cinco hermanos, FILIPPO RINALDI fue el tercer sucesor de don Bosco, BEATIFICADO por Juan Pablo 11 el 29 de abril de 1990.

No es una casualidad que DON BOSCO en su vida fuera cuatro veces a Lu. El santo participó en la primera Misa de Filippo Rinaldi, su hijo espiritual, en su pueblo nativo. A Filippo le gustaba mucho recordar la fe de las familias de Lu: «Una fe que hacía decir a nuestros padres: el Señor nos donó hijos y si Él los llama nosotros no podemos ciertamente decir que no». Luigi Borghina y Pietro Rota vivieron la espiritualidad de Don Bosco de modo tan fiel que fueron llamados uno “el Don Bosco de Brasil” y el otro “el Don Bosco de la Valtellina”.

También Mons. Evasio Colli, Arzobispo de Parma, provenía de Lu. De él dijo Juan XXIII; “Él tendría que haber sido Papa, y no yo. Poseía todo para llegar a ser un gran Papa.

“Cada 10 años, todos los sacerdotes y las religiosas que todavía están vivos se reúnen en su pueblo de origen llegando desde todo el mundo. El padre Mario Meda, que fue por muchos años párroco de Lu, dice cómo este encuentro es en realidad una verdadera fiesta, una fiesta de agradecimiento a Dios por haber hecho grandes cosas en Lu”.

La oración que las madres de familia RECITABAN en Lu ERA BREVE SIMPLE Y PROFUNDA:

«¡Señor, haz que uno de mis hijos llegue a ser sacerdote! Yo misma quiero vivir como buena cristiana y quiero conducir a mis hijos hacia el bien para obtener la gracia de poder ofrecerte, Señor, un sacerdote santo. Amén».

40 HORAS EN PARAGUAY

También en tierras guaraníes se ha extendido esta iniciativa de las llamadas “madres del IVE”. Contando un nutrido número de miembros que ya pueden completar todos los turnos de las 40 horas de cada mes.

Si ha llegado este folleto a tus manos, querida mamá, esto no es una casualidad, tal vez Dios te esté pidiendo que seas generosa elevando la oración a Dios por las vocaciones, especialmente ofreciéndole tus hijos si Él los quisiera elegir para ser sacerdotes, religiosos o religiosas.

Para poder inscribirte en esta gran obra en bien de Santas y Abundantes vocaciones para la Familia del Verbo Encarnado puedes llamar o mandar un mensaje a la Señora Beatriz, encargada de esta obra en Paraguay (+595 983 603942) o escribir un mensaje en el Facebook de la Parroquia Cristo Rey

www.facebook.com/IVEParaguay